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miércoles, 9 de enero de 2013

VIAJE AL TIEMPO DE LOS IBEROS.- Ruta por el Valle de la Muerte (Parte 1)...Cámara Sepulcral de Toya e Hipogeo de Hornos

El pasado viernes 20 de abril de 2012, quedó anunciado mi interés por el proyecto "Ruta por el Valle de la Muerte" en Viaje al Tiempo de los Íberos.  Como dije entonces: - "Desde Castellar hacia un más allá" sería motivación, recurso, medio y destino para un nuevo proyecto, una nueva aventura que, durante varias etapas de apasionado cicloturismo, nos iría acercando al conocimiento del emocionante mundo íbero.  Aquella entrada al blog:  http://jomopa51.blogspot.com.es/2012/04/proyecto-ruta-por-el-valle-de-la-muerte.html?utm_source=BP_recent sería el pròlogo anunciador de una idea que se pretendería ir materializando a medio plazo; incluso por aquel entonces ya se había pedaleado su primera etapa, cuya crónica comienzo a narrar ahora.  

En estos fríos días de enero, ante la inminente nueva temporada  que se avecina, recurro a una parte de las ilusiones y deseos postulados al comienzo del pasado año, para materializar nuestras  vivencias de aquel once de marzo de 2012, cuando el entonces Grupo Blues Bike pedaleaba la cuenca del río Guadiana Menor; allá por donde el río Toya, entre Quesada y Peal de Becerro, desciende por la fértil vega.  En esta primera etapa de la Ruta por el Valle de la Muerte, sabríamos de los enterramientos principescos en cámara; también sobre la evolución de los ritos de la muerte en las grandes cámaras de Toya, del siglo IV a.C y la de Hornos de Peal, del s. VI a.C.
  Aquella fresca madrugada de marzo iniciamos la ruta: Pedro Ripoll, desde Navas de San Juan; Juan Carlos Cano y Mateo Sevilla, desde Santisteban del Puerto; y Francis Ureña, Diego García y José Moreno, desde Castellar.  Tras los "siempre preceptivos" churros con chocolate tomados esta vez en Villacarrillo, continuamos con los vehículos directamente hasta Quesada, donde quedaron estacionados junto al "Jardín Grande" que es su Plaza de la Constitución.   


  En el Ayuntamiento recogimos las llaves para visitar  la Villa Romana de Bruñel,  y partimos no sin antes realizar un breve recorrido por las calles que acunaron la niñez de Rafael Zabaleta.  Así pedaleamos  entre restos del recinto amurallado que rodeaba la localidad, entre arcos abiertos a estrechas callejuelas convertidas en floreadas capillas... como son el Arco de Los Santos y el de la Mantilla de Utrera. Así íbamos ascendiendo hasta la Plaza de la Lonja para visitar la Iglesia de San Pedro y San Pablo que, encaramada sobre un cerro, preside el paisaje urbano quesadeño.

  Ansiosos y sabedores de que pronto estaríamos en territorio tugiense, abandonamos Quesada por la carretera comarcal A-315 en dirección a Peal de Becerro.  Circulamos paralelos al río Toya, que se adivina a nuestra izquierda, al tiempo que dejamos atrás y a nuestra derecha las elevaciones del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas.  Llegando a Peal, unos ciclistas nos indicaron que el Centro de Interpretación de las Tumbas Principescas de Toya y Hornos se encuentra en la plaza, junto a la Iglesia de Ntra. Sra. de la Encarnación, al lado de las "Dos Torres"



Algunos de los pocos planes preconcebidos para la ruta, quedaron truncados cuando  nos encontramos el Centro de Interpretación cerrado... un cartel a la entrada informaba que los domingos se abría por la tarde, y que durante la mañana se podría visitar el yacimiento de la Cámara Sepulcral.  Contrariados al principio, pronto reconfiguramos la exigua hoja de ruta y nos encaminamos haciaToya por la JV-3263 

   A medida que nos aproximábamos, se iba distinguiendo cada vez más nítidamente la silueta del Castillo de Toya, cuyas ruinas coronaban un cerro "pelado"  donde antaño estuvo asentada la ciudad fortificada de TUGIA.  
Estratégicamente situado casi en los límites de la Oretania, el oppidum dominaba el paisaje sobre el valle del Guadiana Menor; fronterizo con el territorio de los Bastetanos, aguas arriba (SSE), y los Turdetanos aguas abajo (SSO); junto a una importante vía de comunicación entre el Levante y el Alto Guadalquivir.

 
Animados por la cercanía del yacimiento, nos desviamos a la derecha poco antes de llegar a la vera del río Toya.  Pronto accedimos al Aula Didáctica del  Centro de Interpretación, donde fuímos amablemente atendidos por Mari Carmen, quien nos guió en la visita al interior de la Camara Sepulcral de Toya, situada en la parte más alta del Cerro de La Horca.  Allí supimos de los ritos funerarios y de los enterramientos en cámara; de cómo fué descubierta por El Pernazas, y saqueada durante décadas; de cómo el río supondría la línea divisoria entre la tierra de los vivos a un lado (Oppidum de Tugia), y la de los muertos (El Cerro de la Horca) en la otra orilla; de las semejanzas y diferencias entre el Cerro de La Horca y el Cerrillo de La Compañía.  En este último lugar  fue descubierto el Hipogeo de Hornos en octubre del año 2000... por suerte, librado de sufrir el saqueo y la profanación de los expoliadores.   

 
Antes de continuar viaje, concertamos con Mari Carmen la visita esa misma tarde al Centro de Interpretación de las Tumbas Principescas de Toya y Hornos, donde existe una réplica exacta del mencionado Hipogeo.

   
Aún era mediodía cuando visitábamos Hornos de Peal... desde allí pedaleamos por un sendero GR-7 trazado entre Tarifa y Atenas que, en este tramo, llega desde Jódar tras cruzar el Guadiana Menor.  Continuamos hacia la pedanía de Toya, pasando junto a la Ermita de San Marcos, y después por la vega en dirección a Quesada.  Curiosamente, por aquí el sendero es denominado en algunos mapas  como "Camino de Cara al Sol de la Vega"; transitándolo nos mantuvimos pegados a la orilla del río Toya hasta que decidimos vadearlo y tomar dirección a Bruñel, para visitar su Villa Romana
Sin prisa pero sin pausa, el grupo rodaba entre la vega y la campiña; entre la blanca tierra del camino, los verdes campos sembrados y los olivos alineadosLos ciclistas adivinaban la cercanía de Cazorla a medida que se aproximaban a Bruñel; a la vez, el paisaje a la derecha era no menos significativo... tras las casas de Quesada, que se vislumbraban a no mas de 5 km., destacaba el relieve de la Sierra, con el Cerro de La Magdalena, el Rayal, la Cuerda de Los Agrios, los Cortados del Chorro, el Gilillo, y otros.

 
Fieles a la ruta planteada y dentro del horario previsto, el grupo alcanzaba la Villa Romana de Bruñel a la hora del almuerzo.   Fue un placer el merecido descanso mientras reponíamos energías y recorríamos el yacimiento.  
 Por los paneles informativos allí colocados pudimos saber que la Villa fue construída en varias fases de los sigos II, III y IV d.d.C. 
 Estuvo destinada a la explotación agropecuaria, pero destacaba su parte residencial con vistas a la Sierra, con un patio columnado y estancias decoradas con hermosos mosaicos de temas narutalistas y figurativos. Las habitaciones al este del peristilo tienen elementos geométricos con recuadros de figuras femeninas, animales (ánades), flores, etc.
 La tarde avanzaba y el grupo, presto y raudo, part hacia Cazorla como siguiente visita antes de regresar para Quesada.  A medida que nos acercábamos por la A-322, nos sobrecogían expectaculares panorámicas de casas engullidas entre las paredes rocosas de la Peña de los Halcones, el Cerro de Salvatierra y la Cuerda del Gilillo.  


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