Era un fabuloso día de marzo, la estación invernal aún no había acabado, pero el equinoccio de primavera daba muestras de su proximidad. Los almendros estaban pletóricos de flor, y se nos presentaba un marco ideal para realizar la ruta. Esta vez cambié la bici por el bastón y las deportivas; y a mis compañeros de pedaleo por mis seres queridos, así que... ¿qué más se le puede pedir?
Nuestra hoja de ruta nos marca el destino a la Cueva de La Lobera, un Santuario rupestre donde los íberos rendían culto a sus dioses. Entusiasmados, marchamos prestos al inicio de la ruta. El equipo es básico, pues el recorrido es corto; pero este día no podían faltar: la cámara de fotos, un minúsculo trípode, el gps, y muchas ganas de pasear. Sabíamos que algo bueno nos esperaba.
La ruta parte desde las puertas del Museo del Santuario Ibérico de Castellar, que es un Centro de Interpretación dedicado al "Exvoto", como primera etapa del "Viaje al Tiempo de Los Íberos". Está ubicado en la torre del homenaje del antiguo Castillo de Pallarés, junto a la Casa Consistorial (antes Palacio de los Duques de Medinacelli"), y la Ex-Colegiata de Santiago, declarada Monumento Histórico Artístico, que fue dirigida en el siglo XVII por el arquitecto Juan de Aranda.
En la Plaza de la Constitución, se ha instalado recientemente un monumento a la "Dama Íbera de Castellar", que es el exvoto más representativo de los hallados en las Cuevas de La Lobera.
Comenzamos a caminar, y nuestros primeros pasos nos llevan hacia la Avda. Virgen de Consolación. Anduvimos por ella, flanqueados de casas con trazado modernista de principios del siglo XX. Pronto llegamos a la Cruz de Piedra, donde recordamos cómo cada 3 de mayo se recibe fervorosamente a Nuestra Patrona, la Virgen de Consolación.
Un paseo de farolas alineadas a la izquierda, desciende hasta el Prado de la Viña, y pasamos junto a una almazara de aceite. Tras su pared norte, un circular depósito de agua nos prevee el inicio del sendero que nos lleva a la cueva. A partir de ahí, sólo seguimos el camino bien marcado y señalizado hasta la entrada del Santuario.
Ya habíamos realizado el recorrido antes de su adecuación, y en otras estaciones..."hasta nevado"; pero esta vez era especial. La ladera se vistió con flores caídas de los almendros, y éstos aún permanecían bien vestidos, con tonalidades blancas y rosadas, que al caer sobre el aterciopelado musgo, desplegaban un tapiz que nos alegró la vista, despertó los sentidos, y alivió el caminar; pero por otro lado nos hacía sentir indignos de tanto despliegue hecho por la naturaleza...en esos momentos, en nuestro honor.
Para nuestros antepasados íberos, éste era un lugar sagrado, una puerta a la divinidad. Allí acudían desde todas partes para dirigir sus oraciones y presentar sus ofrendas en forma de exvotos o figurillas, a las que también se les conoce popularmente en la zona como "mingos", o "mingonotes" (expresiones muy propias del vocabulario popular castellariego. Ej. "El Mingo de La Glorieta", por todos nosotros conocido.
El resultado es éste que muestro: las fotos ensambladas en un slide show que presento y comparto con gusto. Y el trazado realizado, que dejé grabado en gps, cuyos tracks marcan la línea a seguir por todos aquellos que queráis "disfrutar", al menos como nosotros lo hicimos aquel día de marzo..
Sólo pido respeto para el entorno, que se lo merece, como así lo reconoció hace 2500 años, un pueblo que peregrinaba desde largas distancias hasta el sagrado Santuario de la Cueva de La Lobera, nada menos que para encontrarse con sus dioses.
Sólo pido respeto para el entorno, que se lo merece, como así lo reconoció hace 2500 años, un pueblo que peregrinaba desde largas distancias hasta el sagrado Santuario de la Cueva de La Lobera, nada menos que para encontrarse con sus dioses.
5 comentarios:
PRECIOSO!!! Sólo para los que pueden disfrutar de la magia de los tiempos, grabada en esa naturaleza exuberante, es el regalo para vosotros...personas Dignas de saborearla!!!
ADELANTE Y A DISFRUTARR!!!!
Un saludo,
Myrian
Y lo disfrutamos, Myrian. Me gustaría pensar que la historia también nos recuerde, tal vez en el futuro, como aquellos iberos que peregrinaban hacia el Santuario.
A ver si podemos organizar, desde la Asociación, algún evento por estas tierras iberas.
Saludos!!!
José,creo que puedes dedicarte como comentarista en documentales en tú tiempo libre a mí me has cautivao por completo,yó tengo un especial recuerdo del santuario íbero,fué mí primer trabajo fuera de mí hogar,trabajé con el arqueólogo el señor Nicoliní,de origen frances afincado en españa,fué una experiencia muy bonita e interesante entorno a las excavaciones y sondeos,donde encontramos cerámica,adornos,mingos ó exvotos que ofrecian los íberos a sus dioses.Bueno enhorabuena por esta iniciativa O.K.
No es para tanto, Ramón. Sólo es que lo escribo con mimo, pero tengo muchas carencias.
En cuanto a Gerard Nicolini,puedes estar orgulloso de haber trabajado a su lado, pues una de las personas que más saben sobre la cultura ibérica, sobre todo de Francia.
Fue nombrado Hijo Adoptivo de Castellar el 30 de marzo del 2001
Publicar un comentario